Me he convencido que cada quien ve lo que quiere ver e interpreta de acuerdo a sus valores, sus creencias e intereses.
Me he convencido que tratar de reflexionar con quien se aferra a su postura es simplemente inútil, que solo las acciones demuestran lo que hay en el corazón del hombre y esto se ajusta a sus intereses independientemente de las mascaras de las cuales puedan valerse para ocultar las verdaderas intenciones.
Por ello es necesario saber quienes somos y que queremos y aunque el carácter se forja con otros es muy importante poder verse a si mismo despojado de la expectativa ajena de esa manera, la paz que reconforta el alma se transforma en un estado permanente que clarifica el entendimiento.
He conocido que las personas libres de espíritu simplemente optamos por hacer nuestra parte con excelencia y aunque esto pudiera despertar la conciencia en otros e incomodarles, considero que hay que tener coraje para mirarse a si mismo, para aceptar los cambios y seguir hacia la meta, cada uno a su sueño.
Dunamis!
No hay comentarios:
Publicar un comentario