Que breves se hacen los días, luego de tantas actividades, así ando corriendo de un lado a otro cumpliendo con mis responsabilidades.
Hace muchos años tomé una gran decisión y desde ese maravilloso día comencé a creer en el amor, es esa clase de amor que todo lo ilumina, que llena mis días de paz y de sol.
Cuando me veo en sus ojitos cargados de ternura, de inocencia, de puro amor me vuelve el alma al cuerpo con mayor fuerza y tenzón.
Creo en los compromisos, creo en la comunión que se confirma al oír la risa de mis hijos a viva voz.
Creo en la dulzura de la palabra "mamá", esa es mi fortaleza y mi prioridad.
Dunamis!
PD: (No entiendo el nuevo teclado)
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