La fortaleza está en el alma, allí cerquita del corazón donde la vida nos permite transitar las emociones.
Del otro lado del árbol está el amor que se abraza a la cordura, se acompaña de ternura, de fragilidad, de ilusión.
La razón hace su parte entonando una canción que susurra suavemente...tu fortaleza está en tu interior.
Trascender en esta vida es continuo aprendizaje, sumando a nuestro equipaje, risas, besos y una flor que hace más lindo el paisaje llenándolo de detalles que resplandecen con el sol.
Y así la vida se pasa como pompas de jabón que deslumbran y enamoran con el sonido de su voz.
La fuerza del espíritu, trasciende cualquier opinión, trasciende la mujer que fui y celebra la mujer que soy y eso me hace felíz porque como alguien me dijo por allí: "No voy a discutir tus ideas, te demostraré con hechos quién soy".
Dunamis, mis amigos!...el verdadero amor nos colme de bendiciones.
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