Ser docente es tener el corazón lleno de sueños, la mente llena de ideas, las manos ocupadas en la tarea, la responsabilidad de formar personas íntegras que puedan pensar y decidir por sí mismas.
Cuando un docente se dispone a la lucha, la vocación se enciende, entonces, los difamadores, tramposos e ignorantes tiemblan porque la voz de un docente impregna el alma, no puede se enmudecida ni vulnerada.
Ser docente es parafraseando el Himno a Sarmiento:" iluminar el ingenio,la razón de la noche de ignorancia, por ver grande a nuestra Patria es que luchamos con la espada,con la pluma y la palabra".
Dunamis!
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